Las guerras siempre suponen un impacto económico crucial en los países que la conformen sean los principales protagonistas del conflicto o, sean aliados. El impacto mencionado será de mayor o menor magnitud acorde con muchos factores externos como: los países aliados que intervengan, la duración del conflicto... El conflicto palestino-israelí trae consigo muchos perjuicios y a continuación nombraremos cuáles son esos perjuicios económicos más destacados.
Los expertos que coinciden con la volatilidad de los mercados, exclaman que habrá una mayor inflación alertada por una recesión mundial. Bloomberg Economics ha diseñado los tres posibles escenarios: El primero de menor impacto, pero no de menor importancia, sería una guerra limitada donde la tensión se situaría en Cisjordania, dando lugar a un impacto limitado para los precios. Este efecto económico sería limitado en caso de que Arabia Saudí y Emiratos Árabes fueran capaces de suplir los barriles que deje de exportar Irán.
La segunda postura por parte de los economistas sería qué ocurriría si el conflicto llegase a Líbano y Siria donde Irán apoya a grupos armados como Hamás. En la segunda postura, los analistas afirman que el impacto económico del conflicto bélico sería mayor si Líbano y Siria participasen en la guerra, la inflación se intensificaría en dos décimas a nivel mundial y el PIB mundial se degradaría en tres décimas, suponiendo así alrededor de 300.000 millones de dólares. Algunos de estos economistas no descartan la opción de entrada de Egipto o Túnez en la guerra, atrayendo consigo nuevas oleadas de protestas, similares a las de la primavera árabe.
La última situación, siendo además la más catastrófica, sería contemplar un enfrentamiento directo entre Israel e Irán. Además a nivel mundial, el impacto económico de la guerra supondrá que la reducción disponible en el mercado y a mayor precio, incrementaría la inflación alrededor de una décima. Con respecto al PIB mundial, disminuiría alrededor de una décima. Esta propuesta de los analistas daría lugar a la pérdida mundial de un billón de dólares de todo el mundo y a una recesión del 1,7%. Esta caída financiera sería, sin duda alguna, las peor desde la crisis financiera del 2008 y el impacto del COVID. El impacto económico que supondría esta situación sería incalculable
Cabe recordar que el encarecimiento de los productos energéticos viene derivado de la invasión rusa de Ucrania, provocando que la inflación se trasladara a los costes productivos y a la cesta de la compra mundial. Meses después, los precios siguen incrementándose a medida que el tiempo pasa, por eso, un incremento del coste del barril del petróleo supondría más presión a unos precios que ya han sufrido tensiones inflacionistas en los últimos meses.
Por último, los inversores están huyendo de la renta variable hacia activos refugios. Esta situación que suele ocurrir después del inicio de un conflicto del que no se sabe duración ni consecuencias.
Vídeo explicativo del conflicto armado entre Palestina e Israel aquí.
Estoy totalmente de acuerdo con todo lo mencionado y explicado en este blog.
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